Hay muchas actividades que no deberías hacer tú.
Cualquier tarea que:
te quite tiempo,
no es necesario que tú hagas,
no te guste o te cause estrés, ¡delégala!
Buscar prospectos.
Hacer y recibir llamadas.
Sacar citas.
Dar seguimiento a prospectos, clientes y proveedores.
Seguir a posibles clientes en redes sociales.
Buscar influencers.
Elaborar minutas.
Mantener actualizado tu CRM.
Automatizar mensajes.
Atender tu chat.
Hacer posts increíbles para tus redes sociales.
Subir posts a plataformas de publicación (ej. Buffer).
Subir videos a YouTube.
Hacer análisis de tus posts más populares.
Buscar artículos, noticias, fotos.
Traducir algún documento, tu página web y/o redes sociales.
Hacer presentaciones.
Analizar datos y hacer gráficas sencillas.
Facturar y pedir facturas.
Registrar tus gastos e ingresos en alguna plataforma.
Transcribir audios.
Hacer cotizaciones.
Investigar datos.
Organizar meetups, reuniones o eventos.
Hacer diagramas de flujo (tú solo manda o cuéntanos tu proceso).
Hacer resumen de libros y artículos.
Administrar tu agenda y calendario.
Administrar y organizar tu email (y lograr el inbox cero).
Buscar y hacer trámites en línea.
Hacer encuestas.
Ser el primer filtro en entrevistas de trabajo.
Contestar y dar seguimiento a mensajes de WhatsApp.
Crear landing pages.
Buscar hoteles, vuelos y renta de autos.
Buscar y enviar regalos y tarjetas de felicitación.
Ser mistery shopper en línea.
Hacer llamadas de cobranza.
Comprar productos y servicios.
Rastrear y dar seguimiento a tus envíos y compras.
Hacer una trivia de Kahoot o algo divertido para tus reuniones en línea.