Clientes complicados...¿Te ha pasado?
Casi todos hemos trabajado con algún cliente, jefe, proveedor o compañero complicado. En este artículo te queremos compartir qué medidas hemos tomado nosotros para minimizar interacciones complicadas, empezando por definir qué es un cliente complicado.
¿Qué es un cliente complicado?
En base a nuestra experiencia consideramos un cliente complicado a aquel que tiene una o varias de las siguientes características:
-Pide tareas en días de descanso, vacaciones o fuera de horario.
-Todo siempre es urgente o una emergencia.
-Nada le parece y da muy poca retroalimentación.
-Cambia constantemente de ideas.
-Pide tareas más allá de lo que hacemos o fuera de nuestro ámbito laboral.
-Es irrespetuoso o grosero.
Considerando que no todos tenemos el mismo enfoque de las cosas, te aconsejamos hacer una lista de las características que tendría un cliente complicado para ti. Conocer estas características te ayudará a pensar qué puedes hacer por anticipado para que cuando te toque tratar con un cliente así se pueda resolver todo de la mejor manera. Recuerda que dependiendo de cada caso o la gravedad, puede ser que le tengas que decir adiós.
En Octhopus tenemos diferentes tipos de clientes, y con el tiempo y la experiencia hemos identificado y establecido algunas medidas para poder tener una mejor interacción con cada uno de ellos. Te compartimos cinco tips que nos han servido mucho.
5 Tips para llevar una mejor relación con los clientes:
1. Poner límites.
Poner límites con la finalidad de respetar horarios laborales y días de descanso. Esto no quiere decir que el cliente no le puede escribir a su asistente fuera de horario. Al contrario nosotros invitamos a que nos escriban a la hora que mejor les acomode o cuando la inspiración para delegar tareas les llegue. Nuestros clientes están conscientes de que en caso de una emergencia pueden contactar al Equipo Central, ya que su asistente contesta únicamente durante el horario laboral.
2. Definir qué es urgente.
No todas las tareas son urgentes o una emergencia. Es importante establecer fechas claras y prioridades con nuestros clientes, de esta manera podemos apoyarlos de la mejor manera y cuando hay una emergencia o urgencia se detecta a tiempo y se actúa de la manera adecuada. No queremos que nos pase como Pedro y el lobo.
3. Pedir retroalimentación.
Tener una comunicación abierta y pedir retroalimentación de forma constante. Para nosotros es muy importante llevar un registro de toda la retroalimentación, sea buena o mala que nos han dado para siempre buscar dar un mejor servicio. En ocasiones realizamos las entregas tomando como consideración lo que nosotros buscamos, pero esto no siempre será la mejor opción para nuestros clientes, por lo que siempre pedimos retroalimentación acerca de la entrega y en caso de que exista un área de oportunidad la trabajamos.
4. Establecer respeto.
Hablar siempre con respeto, manteniendo una relación estrictamente profesional. Hay que abstenerse de realizar críticas como persona o con temas ajenos al ámbito laboral.
5. Dar enfoque en la solución.
Entender la meta o lo que se quiere lograr ayuda a tener claro hacia dónde tenemos que ir. Y si hay alguna tarea que se solicite fuera de nuestro ámbito laboral es importante ser claros que no la podemos realizar pero con gusto buscaremos algún proveedor que pueda apoyar a nuestro cliente.
Ninguno de nuestros clientes es igual a otro. Cada quién es único y, por ende, tiene formas distintas de enfrentarse a situaciones del día a día. Somos personas distintas, con personalidades diferentes y, en ocasiones, tenemos opiniones que pueden no congeniar con las de otras personas. Aprender de cada situación ha sido muy enriquecedor.
Erika Flores, VAM y Asistente Virtual de Octhopus
Desde el 2014, en Octhopus
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