El estrés es un signo de los tiempos en los que vivimos. En algunas organizaciones se le valora como sinónimo de eficacia. ¿Cuántas veces hemos escuchado la frase: “Es que yo reacciono mejor bajo estrés”?Quizá esto se refiere al llamado estrés positivo (Eutress), cuya función es la de proteger el organismo y prepararlo para enfrentar situaciones que requieren de todas nuestras capacidades.
Por otro lado existe el estrés negativo (Distress), que puede ocasionar desequilibrios físicos y mentales, saturando nuestro sistema fisiológico. Además, esta respuesta excesiva acaba por reducir nuestra capacidad de atención, de decisión y de acción, perjudicando también nuestras relaciones con los demás.
El estrés trabaja en ciclos que se autoalimentan, por lo que si no se trata a tiempo puede aumentar en duración e intensidad.
El estrés negativo puede originar una serie de reacciones físicas en nuestro cuerpo alterando nuestro sistema motor, digestivo, respiratorio o cardiovascular. Los síntomas más comunes son:
- Problemas intestinales y/o estomacales;
- Sudoración excesiva;
- Hiperventilación;
- Dolor de cabeza;
- Mareos y náuseas;
- Temblores;
- Taquicardia;
- Tensión muscular y contracturas;
- Hiposalivación (sequedad de la boca).
El estrés también puede alterar de modo significativo nuestras reacciones emocionales, modificando nuestro estado de ánimo y alterando nuestro comportamiento. Algunas de las reacciones más comunes son:
- Ansiedad;
- Mal humor;
- Irritabilidad;
- Miedo o temor;
- Inseguridad;
- Dificultad para concentrarse;
- Dificultad para tomar decisiones;
- Bajo estado de ánimo;
- Depresión.
Es frecuente que una combinación de estos síntomas produzca insomnio, acompañado generalmente por un incesante ir y venir de pensamientos negativos, preocupaciones y temores. Esto no hace más que agravar el problema.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), México es actualmente el país con el mayor índice de estrés, superando a China y a los Estados Unidos. De los 75 mil infartos que se registran al año, el 25% está asociado a enfermedades derivadas del cansancio y la presión del trabajo.
El portal estreslaboral.info, señala que cerca de un 40% de los empleados mexicanos padecen las consecuencias del estrés laboral. Esto significa que aproximadamente 18.4 millones de personas en México padecen esta enfermedad.
Aunque en México no existen cifras sobre los efectos del estrés en la economía del país, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha cuantificado las pérdidas económicas ocasionadas por el estrés, dando como resultado entre el 0.5% y el 3.5% del PIB de los países. Un dato muy interesante es que ninguna profesión parece ser inmune al estrés laboral.
El estrés es un trastorno que no debe tomarse a la ligera, por lo que de ser necesario, es recomendable acudir a un profesional.
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Por: Andrés Mayo